Alexia Miranda
El Salvador

"Mandala para la Memoria de los Tiempos Tristes"

Formato de la obra: (1.26 m X 1.05 m)
Materiales: 100% Orgánicos, semillas sobre (petate de yute). Semilla de frijol de soya, frijol blanco, lenteja, maíz amarillo, arroz, mar mahón.

Cada semilla es un pensamiento, cada pensamiento: una vida; cada vida un mundo!...

La intención de dicha obra con características rituales precede a una tradición inspirada en múltiples culturas ancestrales que han practicado el arte del mandala con fines de encontrar la meditación completa, el aquietamiento de la mente, la tenacidad, concentración, disciplina y en pocas palabras: la armonía del orden del cosmos. La obra tiene fines rituales en los que el espectador o destinatario quedan invitados a participar de una manera individual o colectiva. Se pretende que cada familiar relacionado con la víctima que sufrió los ataques del 11 de Marzo, logre elaborar un Mandala casero con las semillas que tenga a su disposición, e inclusive con prendas o alimentos que contengan lazos afectivos con sus seres queridos ausentes, esto se hace con el objetivo que cada semilla, u objeto que se adhiere a la superficie con pegamento, vaya a la vez acompañado de un pensamiento o mantra positivo que incluya en la acción de pegar con paciencia y tiempo: un decreto o enunciación con poder de redención, para liberar los sentimientos de tristeza y dolor por medio de la vocalización, intención mental y la protección de la palabra.

Los mantras pueden ser simplemente elaborados por cada persona, como un cántico consciente de protección y armonía que brinde seguridad y paz al alma. Todos somos capaces en nuestra cotidianidad de elaborar pensamientos de protección conscientes y estos al ir acompañados de una acción repetitiva como en estado de trance: toman una fuerza universal, divina y poderosa.

Cada persona dará por terminado su mandala cuando ella así lo estime conveniente, y éste puede ser colgado en la pared de la casa como un tributo o un espacio sagrado designado a participar como un altar en memoria de nuestros seres queridos ausentes.

En el caso del trabajo con semillas: estas contienen un simbolismo orgánico especial y germinatorio, a la vez encierran la magia cíclica de la madre tierra, y el proceso vital inevitable de la vida y la muerte en su maravilloso e incomprensible misterio, circulo perfecto de la totalidad del universo.

Recordemos que nuestros seres queridos que han dejado atrás su forma física debido al destino o la causalidad, son ahora fuentes interminables de energía armónica en el universo, en constante fluctuación atómica complementaria, así como la fuerza del mandala.