Mario Sarramián


Ritual en la sala de ser de tu casa

Siempre he oído hablar de la "sala de estar", y sólo de ella, como esa habitación de la casa en la que uno está, solo o acompañado, haciendo lo que sea, cualquier cosa: leyendo, conversando, viendo la tele la mayoría de las veces. Pero nunca he escuchado en boca de nadie la expresión "sala de ser" como esa estancia en la que, además de estar, se es, siempre a solas. En esta sala de ser, que todo el mundo debiera reservarse en su casa, uno está consigo mismo, y crece meditando o cargándose de esperanza frente al mundo.

El ejercicio que ahora te propongo, debe realizarse en la sala de ser de tu casa, por lo que debes comenzar por acotar un espacio -tu sala de ser- en el que realizarás este ritual siempre que puedas, preferiblemente una vez al día.

Este brevísimo ejercicio es una adaptación libre de un texto de espiritualidad, y su realización te ayudará a reconciliarte con el mundo y, espero, a llenar tu corazón, gastado de tanta barbarie, de esperanza.

Ritual (visualización)

Primero has que observar tu respiración y, al espirar, imaginar que salen de ti todas tus angustias, todos tus traumas, las acciones pasadas que los han causado y las impresiones mentales dañinas. Todo ello sale de tu cuerpo en forma de un humo negro denso. Luego, al inspirar, imagina una luz blanca muy potente que viene del universo, de lo muy lejano, de lo sagrado. Esta luz ilumina tu cuerpo y purifica completamente tus angustias, las acciones y las impresiones, así como las causas por las que surgieron.

Entonces, te sientes lleno de luz blanca, de esperanza, el cuerpo y la mente completamente libres y, desde la coronilla a las plantas de los pies, lleno de gozo. Al sentir este gozo, imagina que estás alargado tu vida y aumentado las causas de felicidad. Te sientes más esperanzado, reconciliado contigo mismo y con el mundo, al tiempo que has avanzado en el camino espiritual.

Este ritual o meditación ha de ser repetido a diario, purificándote al espirar y recibiendo la luz, la esperanza al inspirar.